sábado, 30 de diciembre de 2006

Los Concilios Ecuménicos - Introducción


LOS CONCILIOS
ECUMÉNICOS

GLOSAS AL MARGEN


Por: ARCADIO SIERRA DÍAZ
2001


Publicaciones Cristianas
E-mail: arcamarina@hotmail.com
cristiasidia@gmail.com
Bogotá, D. C. - Colombia, América del Sur.

El presente es el tercer volumen de la trilogía conformada con "La Iglesia de Jesucristo, Una Perspectiva Histórico-Profética" y "Los Vencedores y el Reino Milenial", del mismo autor.


CONTENIDO
Capítulos
Introducción
1 - Nicea
2 - Constantinopla I
3 - Efeso
4 - Calcedonia
5 - Constantinopla II
6 - Constantinopla III
7 - Nicea II
8 - Constantinopla IV
9 - Lateranense I
10 - Lateranense II
11 - Lateranense III
12 - Lateranense IV
13 - Lyón I
14 - Lyón II
15 - Vienne
16 - Constanza
17 - Basilea-Ferrara y Florencia
18 - Lateranense V
19 - Trento
20 - Vaticano I
21 - Vaticano II
Epílogo
Apéndice: Discurso del obispo Strossmayer
Bibliografía





INTRODUCCIÓN

En materia religiosa, se suele dar el nombre de concilio a una reunión formal de obispos o supervisores y otros altos dignatarios de diversas iglesias cristianas con el fin de tratar, decidir y legislar sobre cuestiones relacionadas con la disciplina eclesiástica y dirimir controversias doctrinales; aunque han sido muchos en los que se han debatido temas políticos y de intereses seculares. Es ecuménico cuando participan los obispos de todo el mundo habitado (oikumene), constituyendo así una asamblea con extensión y autoridad mayor que las de cualquier dirigente eclesiástico particular; de manera que la máxima autoridad de la Iglesia residía en los concilios ecuménicos, parlamento de todos los obispos de la cristiandad. De acuerdo con la opinión de muchos teólogos, de las organizaciones eclesiásticas históricas de la cristiandad después del Cisma de Oriente, no se han dado más concilios auténticamente ecuménicos, y que el último es el Concilio de Nicea II, en el año 787, pues los subsiguientes han sido convocados por el sistema católico romano, y solamente Roma los tiene por ecuménicos, sin la asistencia de otras ramas de la cristiandad; y además porque los concilios terminaron por convertirse en dóciles instrumentos de la política papal romana. De manera que a partir del primer concilio de Letrán, los concilios perdieron su ecumenicidad debido a que se convirtieron en meros sínodos de obispos del sistema papal romano, en los cuales la norma absoluta es la suprema autoridad del papa y su curia romana. Después de protocolizados los cismas, no se puede hablar de concilios ecuménicos de toda la cristiandad, sino de una de las instituciones, la cual se limita a defender sus propios intereses y puntos de vista.
Paradójicamente, los primeros ocho concilios, los tenidos por legítimos ecuménicos, todos fueron convocados por el emperador, y una vez aprobados los temas deliberados y convertidos en cánones, pasaban a ser decretos de ley imperial, de obligado cumplimiento en todo el Imperio. En el curso del desarrollo de estas glosas, es sumamente importante tener en cuenta a qué nos referimos cuando usamos la palabra iglesia. Durante la convocatoria y desarrollo de los primeros concilios -Nicea, Constantinopla, Éfeso, Calcedonia-, aún había una clara distinción entre la Iglesia Universal de Cristo y las iglesias locales; y las iglesias se reunían en un plano de plena igualdad. En ese tiempo lo católico tenía la connotación de "universal", y para nada se relacionaba con lo romano, pues el obispo de Roma no se había arrogado la supremacía posterior. Con el tiempo la Iglesia del Señor fue sufriendo un proceso de institucionalización al margen de la Biblia, y ya a partir del quinto concilio -Constantinopla II- empieza a dar sus primeros pasos la diferenciación o distanciamiento entre lo que pudiéramos llamar la Iglesia como institución y la Iglesia como Cuerpo de Cristo. Una cosa es la Iglesia de Cristo, Su Cuerpo, y otra muy diferente son las caparazones o instituciones de factura humana.
Es indudable que en los concilios se han definido controversias relacionadas con Dios mismo, con la Trinidad, con Cristo, con el Espíritu Santo, con la salvación, pero también han agravado las divisiones, y han contribuido a producir nuevas grietas. Con claras excepciones, por lo general los concilios "ecuménicos" han sido escenario de amarguras, recriminaciones y enemistades, por la práctica de enfrentamientos entre contrincantes irreconciliables, que no han servido sino para profundizar las disensiones, las cuales fueron motivadas muchas veces por los concilios mismos. Nicolás Berdiaev dijo que «pocas cosas expresan más elocuentemente la mezquindad humana, la deslealtad y el fraude como la historia de los concilios ecuménicos»1.
La historia se ha encargado de confirmar que muchos de los concilios ecuménicos, han errado en puntos cruciales referentes a la Iglesia, pues se debe tener presente que la normatividad emana de las Escrituras, que es a la que nos debemos remitir a fin de examinar y probar todo lo que los concilios han deliberado. Ningún canon conciliar puede anular lo que dice Dios en Su Palabra. Se dieran los hombres cuenta de ello o no, lo cierto es que la constante a través de los siglos fue que los concilios iban demostrando su incapacidad para purificar un corrupto sistema religioso y efectuar drásticas reformas, volviendo para ello a las fuentes bíblicas, pues casi siempre sus miembros se hallaban demasiado comprometidos en los abusos contra lo que las mismas naciones seculares se quejaban. No es fácil remover las estructuras y adelantar cambios fundamentales, cuando se compromete una institución secularizada y la comodidad de personas puestas en eminencia, ambiciosas del lujo ostentoso, poder y prestigio, contrarios al espíritu del evangelio cristiano, en un marco institucional que llegó a su nadir prácticamente descristianizando a la cristiandad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Señor Arcadio es importantisimo para mi saber a que Iglesia pertenece, siempre que alguien ewscribe un documento por mas maravilloso e iluminado que se crea la persona es indispensable grandemente que diga a la Iglesia que pertenece para asi dar un comentario y un Criterio en base a lo escrito es necesario siempre la verdad y la claridad desde los adentros de nuestro corzón que muchas veces nos engañan. Gracias